miércoles, 18 de febrero de 2009

Espiando la cancion del cafe

Amanece… y un pequeño pájaro que ha sobrevolado ya casi todo el mundo curiosea tras una ventana arropada por cortinas blancas.
Unas
mantas buscan el calor de dos cuerpos que descansan juntos.
Se pone a nevar dentro del cuarto pero no llegan a tocar a los
cuerpos que descansan. Solo vuelan y brillan.

De crema de chocolate son los cabellos que se esparce y enredan en la mano de Ella.
Un pie resacoso se asoma entre las sabanas y rápidamente vuelve al hogar, ha intuido al espía volador.
El gato se despereza de lo alto de la manta de felpa y bosteza enseñando los dientes al petirrojo que, como es de mundo, ni se inmuta.
Ella abre los ojos y sonríe por ver la cara de Él tan cerca de Ella. Sopla y vuelve a cerrar los ojos rápidamente actuando de una manera muy precisa… aparentando estar dormida nuevamente.

Él abre un ojo y la mira extrañado. Traga saliva y pone un gesto raro. Vuelve a dormir y Ella abre su mirada otra vez, con una sonrisa aun más grande tallada en su rostro.
Vuelve a soplar, esta vez más como una brisa…Café. Huele a tostadas con café. Mermelada de fresa y mantequilla ya derretida sobre el pan caliente.

Él entreabre los ojos una vez más y la mira, “está dormida…”Los labios de Ella se estiran y sonríen después de soplarle a la cara.
- Bellaca… -susurra más dormido que despierto.Ella le besa en la nariz y Él refunfuñaLa calefacción está puesta y las mantas sobran, pero siguen donde están, firmes ante la batalla que se avecina.Ella se arrima a Él y vuelve a soplarle.El sol se cuela por la ventana tras sortear la casa de enfrente.
El papel de pared está vestido con dibujos y cuadros.

El gato se sube a la cama, encima de Él.
-Dos a la vez no es justo…-
vuelve a refunfuñar


Ella le guiña un ojo al gato y le susurra al oído porque flanco atacar.

Ella dibuja rasgos en su cara y el felino decide despertar a los pies resacosos.

El humillo del café entra en la habitación con el olor a jabón para suelos y se oye las gotas de la ducha acompañado con el canto de un canario.


Ella le besa sonoramente en una mejilla y ríe. Sopla en su oído y Él se estremece. Se da la vuelta y se tapa con la sabana hasta la cabeza. Ella se sumerge en las sabanas y le hace cosquillas en la espalda; el gato, que no es menos, salta encima de Él.

-Aaaa!!
Se despierta completamente y se lanza contra Ella haciéndole cosquillas.
- ¿Qué forma de despertar es ésta? ¿Eh? ¡Me las vais a pagar! ¡Sí gato! ¡Tú también! No hagas como que la cosa no va contigo.
El gato, viendo que la batalla ya está ganada por parte de su dueña, abandona sigilosamente la estancia camino de su plato de paté.



Plumas, risas, patadas a conciencia y líos de sabanas.
El petirrojo con sus recuerdos a cuestas alza el vuelo hacia otra ventana en algún otro lugar
Si fuera escritorTal vez en su próxima vida
Debía guardar bien sus recuerdos.

3 comentarios:

Demencia Mental dijo...

Al final, la culpa siempre es del gato...

Ra dijo...

que dueña tan "malvada" no??...estas ya satisfecha con tus actualizaciones ???>.< xk a mi esta (tb) me parece una historia bonita...
quizas eres demasiado "esquisita" jeje...el billete te lo compro mañana k hoy ando vaga perdida
anda mona aioooo

Seeker of Storms dijo...

mñmñmñmñmñ mola es mu gay digo guay!! xDDD (TK)