-->La niña le miró con odio y escupió:
-¿Y? ¿A mi qué me importa que no existan los reyes magos?
¿Qué más me da que esos idiotas no sean reales y que las personas en las que confío me hayan mentido desde que nací?
¿Y qué si ya no existen para mi?
¿Qué más me da que esos idiotas no sean reales y que las personas en las que confío me hayan mentido desde que nací?
¿Y qué si ya no existen para mi?
Me da igual no volver a creer en nada ni en nadie, !total! ¿para qué les necesito?.
¿Qué más me da si a partir de ahora no vuelvo a soñar con las estrellas que iluminan un desierto repleto de nómadas y espejismos?
Soy mayor y no tengo porque creer en esas tonterías, no tengo porque creer ¿me oyes?
¡No tengo porque creer en NADA!
¡No tengo porque creer en NADA!
¡ME IMPORTA BIEN POCO!
Y con lágrimas en los ojos, la niña salió corriendo del salón, dejando tras de si, al estupefacto gordo de rojo ... junto al árbol de navidad.
7 comentarios:
todos necesitamos creer en algo...
me encanta lo de los reyes magos...es un ZAS EN TOA LA BOCA¡¡¡
Ostias tu... Que bueno
A mi me gustaría que los reyes magos entrasen en ese momento en la casa.
como siempre, me has hecho sonreir ;)
simplemente me gustó, me sorprendio como se marcó la inocensiay como aparentó no sufrir mientras retenia lagrimas. muchas gracias por compartir
PRECIOSO!!!! QUE NO PASO POR ESE CONFLICTO EMOCIONAL!!!! MUY LINDO
Publicar un comentario