domingo, 15 de marzo de 2009

Kuroneko

Aquella noche de otoño...
... se acercó acechante el gato negro.


Haciendo crujir las hojas bajo sus zarpas...
... provocando un leve escalofrio en las perezosas lechuzas...


Sus oscuros ojos reflejaban la noche y su mirada... su mirada ocultaba el miedo a mi patada.




Cuando le recogí no comprendia que, en realidad, él me estaba recogiendo a mí.




Debo admitir que siempre creí que se iría en mitad de alguna noche tan oscura como en la que llegó...








... por algo es gato ...







Mas, aun permanece enroscado en el sillón... ...sonriendo de soslayo cuando me ve entrar por la puerta...








Proporcionando calor en las noche frias...




... compañia en las solitarias...




547 noches...

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