lunes, 22 de febrero de 2010

Ajenos al movimiento del sol (de las nubes no, ellas adoptan formas) los niños juegan en la tierra y en el suelo de piedra.
Palmas, golpes, sudor y raspones.
Besos, sonrojos, gritos y canciones.
Corren escapando de los polis, los gatos, las arañas e incluso de las gallinitas ciegas.
Vuelan cometas, empujan aros, giran diávolos, peonzas y yoyós y hacen carreras con los mejores ciclistas de españa: las chapas.
Se convierten en estatuas al "Carabinbonban!" o al "stop".
Se pegan por un pañuelo o una pelota.
Castañas, piedras globos o nieve, todo vale para la guerra.
Veo, veo ¿Pares o nones? mejor piedra, papel y tijera, si no "el último se la qué".
La botella, las prendas y las tinieblas.
-¿Abuelita, abuelita, te gustan los juegos?
-Mmm... cuatro paso de elefantes y dos vueltas de bailarina hacia delante.
Picuento!
Bomba!