lunes, 18 de mayo de 2009

Adiós a la inocencia


-->La niña le miró con odio y escupió:
-¿Y? ¿A mi qué me importa que no existan los reyes magos?
¿Qué más me da que esos idiotas no sean reales y que las personas en las que confío me hayan mentido desde que nací?
¿Y qué si ya no existen para mi?
Me da igual no volver a creer en nada ni en nadie, !total! ¿para qué les necesito?.
¿Qué más me da si a partir de ahora no vuelvo a soñar con las estrellas que iluminan un desierto repleto de nómadas y espejismos?
Soy mayor y no tengo porque creer en esas tonterías, no tengo porque creer ¿me oyes?
¡No tengo porque creer en
NADA!
¡ME IMPORTA BIEN POCO!
Y con lágrimas en los ojos, la niña salió corriendo del salón, dejando tras de si, al estupefacto gordo de rojo ... junto al árbol de navidad.