miércoles, 28 de enero de 2009

incoherencias

Cierra los ojos y no respires:
Un globo dorado que se escapa
una anciana tiritando bajo las mantas
un corcho contra el techo
un rastrillo peinando la arena
Jarabe para la tos
un escupitajo
Grito, rompo y maldigo a mi musa, la muy perra se enamoró de un triste mendigo y ya no la he vuelto a ver por casa.

confusión

La gente corria desorientada, asustada, gritando, temblando.
Los niños lloraban perdidos o engancados a sus madres
Arrastraban, cargaban, cerraban y arre!
Pero... ¿Hay guerra o no hay guerra?

Los enemigos siguen durmiendo tranquilamente en su aldea y ni se imaginan que un simple globo a sido su mayor aliado sin quererlo.

correa

Ey! preciosa...- susurró asomandose entre sus rizos- tu eres mia, asi que no mires más ese tipo de revistas.

un descanso... un despiste

Me duele la cabeza- dijo el rey- voy a quitarme la pesada corona un momentito.
Y el rey quedó destronado

martes, 6 de enero de 2009

Noche de reyes


Abrió los ojos de par en par, era plena noche, toda la ciudad debía de estar vagando por sus sueños particulares. Miró a su mujer de soslayo y su bigote sonrió al verla dormir profundamente con el antifaz y los rulos. “Bien, bien”-pensó-“duerme pequeña bruja” no es que Antonio odiase a su mujer, solo estaba un poco cansado de años y años de criticas, pero jamás la faltaría al respeto fuera de su mente. Se levantó torpemente de la cama y tras recuperar el aliento, entre jadeos, comprobó que los rulos seguían respirando acompasadamente.
No pudo evitar reírse por lo bajo cuando alcanzó el pasillo.
Era la noche de reyes, había pasado la tarde de compras y envolviendo para los nietos, los hijos, hermanos, su querida, el vecino, los primos de Málaga, el sobrino y el ancianísimo tío Alfredo. Pero él no quería los calcetines, ni el paraguas, ni la mantita eléctrica esa, bueno, la mantita sí, pero no quería el paraguas ni los calcetines.
Se arrodilló junto al árbol y cargó con los paquetes específicos, los había marcado con una estrellita. Empezó a realizar una matanza de regalos, los envoltorios agonizaban por el suelo, celo, cartones, plásticos de pompas… un desastre.
Como un gran rey se puso la corona de Barbie princesa de los cisnes (para su nieta), se hizo con el paraguas y lo adornó con todas las guirnaldas, “ahora si estaba bonito”, desenvolvió la esmeralda de su mujer y vistió a su meñique (el único capaz de entrar y salir entero, en ese corsé para dedos). Desarropó el mantel de la comida elegante y se lo ató al cuello y tarareando alegremente colocó la mantita eléctrica en su trono “Roca” (sin la tapa abierta). Se sentó muy erguido y ordenó militarmente a los soldaditos de plomo en la bañera.
Muy orgulloso carraspeo y evaluando a sus sirvientes gritó:
“Atacad al pato ese y mañana tendréis muslo para cenar”-“ánimo mis valientes, queda mucha noche por delante!”
Las figuritas se miraron unas a otras atemorizadas, pensando que su rey, finalmente, había perdido la cabeza.
"Sabes que si me llamas voy"